viernes, 25 de julio de 2014
martes, 22 de julio de 2014
Recomendaciones para los alumnos con deficiencias académicas.
El reforzamiento acadèmico en el hogar demanda constancia y dedicaciòn tanto del estudiante como de sus representantes, muchas veces nos cuestionamos si realmente hacemos lo correcto en esta materia y el ¿porquè? o ¿què? elementos determinan que nuestros hijos alcancen o no el èxito escolar.
He aquì una guìa de orientaciones bàsicas para el quehacer escolar en el hogar:
1. Los hábitos no
nacen, se hacen.
-Establezca un horario de estudio diario supervisado por un adulto, explíquelo, publíquelo en el hogar y cúmplanlo juntos
de la siguiente manera.
-Primero realicen la tarea escolar.
-Establezca un horario de estudio diario supervisado por un adulto, explíquelo, publíquelo en el hogar y cúmplanlo juntos
de la siguiente manera.
-Primero realicen la tarea escolar.
- De un breve receso
para lavarse las manos ir al baño o tomar agua de 5 a 10 min. aproximadamente.
- Realicen un mínimo de 30 minutos de reforzamiento de los contenidos deficientes, aquellos que fueron vistos en clases y aun no domina el estudiante.
- Realicen un mínimo de 30 minutos de reforzamiento de los contenidos deficientes, aquellos que fueron vistos en clases y aun no domina el estudiante.
2. Escoja y acondicione
un espacio para trabajar sin distracciones.
3. Prepare el
material previo al trabajo que va a realizar.
4. Sea consciente, si no
domina el tema busque ayuda.
5. Si no tiene tiempo
suficiente para las asignaciones y el reforzamiento inscríbalo en tareas dirigidas paralelamente al trabajo en casa.
Otros
aspectos importantes:
*Realice un chequeo medico para descartar si no hay situaciones organicas que pudieran estar afectàndolo en aspectos como; vista, oìdo, lenguaje, comprensiòn y memoria.
*Ayude a su hijo a organizarse,
conversen sobre las cosas que tiene pendiente y como manejar el tiempo para
cada una de ellas.
*Ofrezca ayuda pero sin realizar su tarea.
*Motívelo.
*La mejor premiación es la que
no implica mayores costos como un abrazo, una palmada en el hombro, expresar
frases como: estoy muy orgulloso de ti porque estas esforzándote por mejorar o
simplemente felicitarlo frente a familiares resaltando sus logros. Evite
comprar premios continuamente, sólo lo enseña a depender de la gratificación
material.
*Inculque el valor de la responsabilidad, no faltar a clases, cumplir
con las asignaciones, respetar al personal de la escuela y compañeros.
*Enséñele a leer enunciados.
*Haga que la lectura recreativa
sea una costumbre en su hogar.
*Acostumbre al alumno a realizar por si solo las tareas de
menor complejidad.
LA PACIENCIA Y EL
TRABAJO SON LOS PADRES DEL ÈXITO……………..
Lcda. Mabel Gutièrrez
5 Razones por las que tus alumnos no te escuchan mientras les enseñas.
¿Por qué tus alumnos no te escuchan en clase?
1. Clase magistral.
Si quieres que tus alumnos te escuchen, debes
empezar a reducir al máximo lo que se entiende por clase magistral, aquella
clase en la que tú hablas y tus alumnos te escuchan. Muchas veces te quejas de
que tus alumnos no prestan atención a tus enseñanzas y es por una razón muy
sencilla. Hablas más tiempo del que tus alumnos son capaces de aguantar. Si, es
así. Te guste o no. Piensa en ti por un momento. ¿Serías capaz de escuchar de
forma ininterrumpida lo que dura una sesión lectiva? Déjame que te dé la
respuesta: No. Entonces, no quieras para tus alumnos aquello que ni tú eres
capaz de cumplir.
De ahí que te recomiende:
· -No superar los 10 minutos de
explicación unidireccional.
-Realizar pausas. Durante estas pausas
puedes aprovechar para contar una historia a una anécdota.
-Utiliza imágenes y vídeos para
descargar al máximo el contenido teórico.
2. Silencio.
¿Cómo es posible que pidamos silencio en una clase con más de veinte
alumnos? Si lo piensas bien , es un auténtico disparate. Así que olvídate de
una vez por todas del Yo hablo y tú te callas. No funciona. Es
un tipo de enseñanza que para esta generación de alumnos ha quedado obsoleta.
Si quieres que tus alumnos te presten atención, debes hacer que participen
activamente en tus clases. Cédeles el protagonismo todo lo que puedas. Deja que
durante la sesión lectiva adquieran ellos también el rol de docentes.
Por eso:
- ·
Parte de una evaluación inicial.
Descubre lo que saben tus alumnos de aquello que todavía no les has enseñado.
- ·
Intercala preguntas abiertas mientras
enseñas.
- ·
Fomenta el diálogo no entre
docente-alumno, sino entre alumno-alumno.
- ·
No pidas a tus alumnos que se callen.
Pídeles que participen activamente con sus aportaciones, con sus aciertos y
también con sus errores.
3. Repetición.
Lo peor que puedes hacer, aparte de hablar sin parar en tu sesión
lectiva, es repetir constantemente aquello que enseñas. Si a ti no te gusta que
te repitan la cosas varias veces, ¿cómo puedes pensar que a tus alumnos les
vaya a gustar? La repetición es el mayor enemigo de la escucha activa. La
repetición sirve para mecanizar destrezas y procedimientos, pero no sirve para
los contenidos teóricos.
Para evitar repetir tus enseñanzas, lo que debes hacer
es:
·
Recapitular
·
Parafrasear
·
Sintetizar
·
Reformular
Explica lo mismo,
pero sin explicar lo mismo. Haz que cada enseñanza que les das a tus alumnos
parezca la primera y la última.
4. Utilidad.
¿Te has preguntado alguna vez si aquello que
enseñas les servirá de algo a tus alumnos en un futuro a corto o medio plazo?
En el caso que aquello que enseñes sea útil, ¿cómo lo vendes en el aula? ¿Qué
aplicación le das a la vida real? Difícilmente conseguirás que tus alumnos te
escuchen, si no son capaces de ver para qué sirve aquello que les enseñas.
Es
por ello que te recomiendo que:
· *No enseñes en clase aquello que
puedan aprender por sí mismos.
· *Enseña el menor contenido posible.
· *Cíñete en clase en los procedimientos
más que en los contenidos.
· *Transforma la clase magistral en
aprendizaje cooperativo.
· *Contextualiza el aprendizaje de tus
alumnos, es decir, haz que cuando vayan a sus casas tengan la curiosidad de
poner en práctica aquello que han aprendido en tu clase.
5. Aburrimiento.
Desengáñate. Escuchar aburre. Si, aburre y mucho.
Cada vez nos cuesta más escuchar, sobre todo escuchar de forma activa. De
hecho, tus alumnos no tienen la más mínima predisposición a la escucha activa.
Les enseñas en un contexto totalmente irreal, es decir, les obligas a escuchar
cuando tú quieres o cuando te han dicho que deben hacerlo. Tus alumnos siempre
te escuchan por imposición. Saben de antemano quién les va a hablar, de qué les
va a hablar y cuánto tiempo les va a hablar. A mí, si me permites la expresión,
me parece demoledor y desolador. Entonces, ¿cómo puedes sobrellevar esta
predisposición al aburrimiento? La solución es tu mayor reto:
· -Pasión por lo que enseñas y cómo lo
enseñas.
· - Entusiasmo a la hora de hacerles ver
que lo que les enseñarás será una experiencia que formará parte inequívoca de
sus vidas.
· -Creatividad contra el aburrimiento y
la previsibilidad.
· -Imaginación para adquirir nuevos
conocimientos a partir de lo que son capaces de aprender por sí mismos.
Escuchar, ¿para qué?
· Sintetizar
· Reformular
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